¿Emprendiendo?
Emprendedor o clásico soñador
Se tiene en la mente iniciar una empresa y se le dan varias vueltas al asunto, a los detalles y con ello empiezan a surgir “miedos” de lo conocido o desconocido sin dejar de checar las finanzas y toparse que se cuenta con un escaso capital para lanzarse a la aventura de ser empresario emprendedor.
Suele suceder y mucho, que se inicie un negocio porque no se está conforme con el salario que se obtiene por horas de trabajo diario y mantiene a raya el factor económico. Estos están limitados o puede también pasar que el esfuerzo dentro de la organización donde se labora, no es recompensado ni reconocido y mucho menos hay oportunidad de crecimiento. ¡¡Cuidado!! ¿No será que lo que se quiere es no seguir levantándose temprano para llegar a checar una entrada laboral que ya nos tiene cansados y aburridos y probablemente no se cuente con espíritu de un verdadero emprendedor?
Soñar no cuesta nada y efectivamente, pues solo dormidos se sueña. Ser emprendedor es querer sacar provecho a nuestras habilidades y puede suceder que en un cerrar y abrir de ojos estamos convertidos en esclavos de nuestra especialidad cualquiera que sea. Nos hemos echado la soga al cuello y ahora sí, a trabajar agotadoras jornadas si queremos que prospere nuestra iniciativa y no arriesgar el patrimonio propio o de terceros en caso de contar con un socio que también se la está jugando. Esto es el resultado de soñar, pero despierto.
Sin embargo, a quien se le ha prendido el foco, le ha surgido unaidea “genial” y se atreve a emprender un negocio por decisión propia, a dejar huella y contribuir con el país creando empleos e ingresos para una , dos o varias familias. Se hace las mismas preguntas antes de ser inversionista como ¿cuanto debo invertir? entre varias mas que, igual le aterran y aun así, toma la decisión de emprender. Se sienta, toma un café y le empieza a dar duro a los pensamientos que todo empresario exitoso alguna vez hizo. Seguro va camino a ser un buen emprendedor y mas adelante un exitoso empresario. Pueden dar clic y leer una historia interesante y motivadora de un hombre que hizo de su apellido una marca muy exitosa que todos conocemos Conrad Hilton.
¿Que pensamientos nos quitan el sueño?
¿Qué negocio puedo poner y que funcione?
¿Cuál es mi nicho de mercado?
¿Cuáles son mis aptitudes?
¿Cuánto dinero tengo y de donde voy a obtener el capital que necesito?
Debo decir que la gran mayoría de pequeños empresarios no cuentan con mentalidad emprendedora y solo se auto emplean trabajando monótonas jornadas sin poder separarse un momento hasta el final del día.
Podemos tener experiencias y algo de esperanza cuando sabemos de varias exitosas empresas pequeñas y medianas que iniciaron sin siquiera tener la más elemental preparación y mucho menos el dinero suficiente. Ahora algunas son monopolios rentables y competitivos incluso a nivel internacional.
¿Cuál fue la clave de estos exitosos emprendedores?
Estoy seguro que entre varias que mencionaré en otro post y que iremos desarrollando, la principal es la de tener una buena idea. No solo es ser un buen emprendedor sino también dar en el clavo que haga exitoso al que se está atreviendo más que soñar a arriesgar, planear, modificar, creérsela.
La mente de quien emprende simplifica y modifica las circunstancias adversas y optimiza recursos que le permiten ir mejorando día con día su proyecto, sin renunciar a su calidad de vida y realización personal. Suena bien verdad solo que, la realidad constantemente es otra.
El tiempo es un “enemigo” del emprendedor pero también sé que es el que puede dar la oportunidad de que en el trayecto puedas aprender de los errores y sacar provecho de ellos, entonces; digamos que nos hacemos amigos del tiempo, no le damos la espalda y nos le enfrentamos organizándonos de mejor manera, sin quitar el ojo de nuestro objetivo por que puede suceder como generalmente pasa, que se claudica en el transcurso y se desinfla cual vil globo el entusiasmo inicial. Una mala planeación convierte al tiempo como dijimos en el principal enemigo y la peor de las pesadillas.
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